Reflexiones en un día de lluvia

muy personales

Comenzó Noviembre, anteúltimo mes del 2023.

Lo comienzo en calma e inspirado. Sereno.

Estuve un poco desaparecido socialmente. Lo necesitaba.

Necesitaba tiempo a solas con mis pensamientos, mis ideas, mis sueños.

Tiempo para crear. Para ir más hacia mi interior y conectar con mis deseos más genuinos y sinceros. Para cultivar.

Falta mucho que aprender, pero siento que cada vez me conozco más; mis fortalezas y debilidades. Y mis miedos

Que para poder transformarlos primero debo reconocerlos y hacerlos conscientes en mi presente

Desde ahí, desde ese lugar de observador, decido mi acción. Más atento, presente y consciente

Escribir en calma me ordena. Sin apuros. Con concentración y dedicación.

Ser consciente de qué experiencias disfruto más, para tenerlas más presentes.

Hacer consciente lo inconsciente para poder transformarlo. Un día a la vez: 1%

Cambios pequeños y progresivos. Alineados a quién quiero ser. Ahora mismo.

Sin esperar un resultado, desapegarme de ellos, y disfrutar de los procesos

El proceso es el camino, y el camino es uno mismo. Mi propio camino. Único

Agradezco el camino recorrido, las vivencias y experiencias que he vivido. 

Agradezco mis amistades y mi familia. Agradezco reconocerme. A mi. 

Sin esperar el reconocimiento externo. Sólo enfocarme en el propio. 

Hacer lo que me gusta. Disfrutar y reír a diario. Sin excusas

Encontrar ese ansiado balance entre el ocio y la vocación. 

Ser un humano que es. Simplemente es. 

Ser. Hacer. Tener. En ese orden. 

Ojalá te inspire. De corazón.

Un abrazo,

P.D.: el e-mail de hoy fue algo distinto. Quiero compartir y abrirme un poco más. Contarles vivencias y experiencias de mi camino personal.

Si te gustó, por favor, hacémelo saber.

Gracias por leer.